Adicción al tabaco

La adicción al tabaco o comúnmente conocida  como tabaquismo  viene provocada por el consumo de tabaco, fundamentalmente asociado a uno de sus componentes, que es  la nicotina, que actúa sobre el sistema nervioso central. Junto a otros componentes como el alquitrán, el cianuro y el monóxido de carbono y otros tantos provocan un alto riesgo para la salud  de quien lo consume.

Se dice que el tabaquismo puede considerarse entre una de las mayores epidemias que padece la humanidad y una de las primeras causas de muerte prematura en el mundo.

Según la OMS un tercio de la población mayor de 15 años son fumadores. Por sexos el 47 % de los hombres y un 11 % de las mujeres. Más de 1250 millones de fumadores en el mundo  (2010).

Se estima que en Estados Unidos se mueren 300.000 personas cada año, mientras que en España la cifra aproximada esta alrededor de los 50.000.

Se considera que una persona tiene una adicción al tabaco cuando muestra los siguientes signos:

  • Personas que fuman por encima de 7 cigarrillos al día
  • Fuman al despertarse por las mañanas
  • Dificultad de eliminar el primer cigarrillo de la mañana
  • Tos constante y expectoración
  • Catarros prolongados
  • Dificultad para respirar
  • Síntoma de fatiga
  • Presentan dificultades para no fumar en zonas restringidas
  • Incapacidad de dejar de fumar cuando están enfermos

Las causas o motivos para iniciarse en el hábito de fumar puede ser por diferentes factores, entre ellos las ideas preconcebidas que se han vendido a través de los medios de comunicación, como el cine o la publicidad, condicionantes sociales; reconocimiento, aceptación, transgresión de las prohibiciones como la curiosidad por saber el sabor del tabaco o conocer los mitos asociados al tabaco, como es el del mito de la primera vez que fumas te sentís mareado, con nauseas, o quizás  simplemente porque sus padres, amigos o personas referentes fumaban.

Se puede dividir en tres fases  o etapas la adopción del hábito de fumar:

  • Fase de Iniciación: Corresponde a los contactos con el tabaco. Se trata de constatar qué sensación esconde el tabaco
  • Fase de Afrontamiento: La persona comienza a fumar. El consumo es esporádico y superficial; el fumador no traga el humo, pero las inhalaciones empiezan a ser más profundas y se va incrementándose la satisfacción física. Así de esta forma el fumador empieza adquirir el hábito de fumar.
  • Fase de Mantenimiento: Es la fase del fumador que fuma. Aparece el manifiesto de malestar y la necesidad de fumar, cada vez más potente y de mayor frecuencia.

La incidencia del tabaquismo en la salud de las  personas es tan amplia como grave. Una de las consecuencias más conocidas es el cáncer de pulmón. Algunas estadísticas muestran que  hasta un 90% de estos casos guardan una estrecha relación directa con el tabaco. Igualmente se asocia otros muchos tipos de cánceres, como el de esófago, de faringe, de páncreas, de estómago, de hígado o de cuello uterino.

También son muy comunes entre los fumadores las enfermedades del aparato circulatorio, como la hipertensión, la insuficiencia cardíaca o la arterosclerosis.

La nicotina es un potente vasoconstrictor; su acción provoca la disminución del grosor de las arterias y vasos coronarios, aumentando el ritmo cardiaco y, por consiguiente, la presión arterial. El corazón es otro de los grandes damnificados, siendo mucho más frecuentes los infartos en personas que fuman.

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